IMPORTANCIA DE
LA NUTRICIÓN
TRAS EL ICTUS

El ictus supone una serie de cambios en la vida cotidiana de la persona afectada, entre ellos cabe destacar los relacionados con la alimentación.
Por ello, la nutrición tiene un papel importante en el mantenimiento o mejora del estado nutricional y en la prevención de futuros accidentes cerebrovasculares.

Nos podemos encontrar diferentes situaciones tras el ictus:

La desnutrición es frecuente en personas que han padecido un ictus, y se agrava con los días de ingreso. Ésta se asocia con un mayor riesgo de incapacidad y dependencia a corto y a largo plazo.

Las causas de la desnutrición pueden ser debidas a una disminución de la ingesta de comida por la dificultad para tragar (disfagia) o por inapetencia, depresión, apatía, secuelas del ictus (parálisis), efecto de los fármacos… Además, la misma inmovilidad que se presenta en la mayoría de casos, produce una reducción de la masa y la fuerza muscular.

La deshidratación es también muy característica en estos casos, tanto en el ingreso hospitalario como en la recuperación posterior, y puede empeorar la evolución del ictus y llegar a aumentar la recurrencia de éste.

La disfagia (dificultad para tragar) es una de las principales causas de desnutrición y deshidratación. En casos de disfagia grave en la que está contraindicada la alimentación oral, puede ser valorable la nutrición enteral por sonda para garantizar una nutrición segura y eficaz.

El exceso de peso y una dieta inapropiada con elevado contenido de grasas y sal puede empeorar el estado nutricional e incrementar el riesgo de padecer otro ictus.

Recuerde que, en cualquiera de los casos, es de gran importancia llevar a cabo una alimentación cardiosaludable.

Tras sufrir un ictus es importante prestar atención a cualquier cambio en la rutina de la persona afectada. El ictus es una causa importante de discapacidad, y ésta contribuye a un mayor riesgo de presentar alteraciones relacionadas con la alimentación como son la dificultad al tragar (disfagia) y la desnutrición y/o deshidratación.

Debería ponerse en contacto con un profesional sanitario en caso de presentar alguno de los siguientes signos/síntomas:

Pérdida de peso

Pérdida de apetito

Dificultad al tragar líquidos o sólidos

Cambios de voz, tos o atragantamientos con líquidos o sólidos

Ingestas prolongadas, cansarse durante las comidas

Acidez o regurgitación con la comida


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